Pornografía

He escuchado un millón de veces hablar a las chicas de que no les gusta la pornografía, que a ellas les interesa más el erotismo, pero es complicado acertar con los gustos de cada persona y por eso el mercado se inclina más para un público más seguro.

Los hombres han sido desde pequeños en mayor o menor medida consumidores de pornografía, en cualquier formato, ya sea en revistas, películas o cómics. Las chicas nos hemos reservado en un segundo plano y hemos visto éstas prácticas como algo nocivo e incluso perverso por nuestra educación y también por los papeles que nos atribuían en este tipo de cine.

Ahora que, por fin, nos hemos descubierto como seres sexuales, comprobamos que no tenemos ni siquiera un mercado por descubrir. Poco a poco van apareciendo directoras como Erika Lust o Sandra V, pero aún queda mucho por recorrer, películas en las que aparezcan mujeres reales, cotidianas, disfrutando del sexo como algo natural. Odio el chiste machista que cuenta por qué a las mujeres no les gusta el porno, (porque al final no se casan).

El porno ha hecho mucho daño en cuanto a la concepción de la mujer en la relación sexual, totalmente entregada a complacer y sin enseñarles a los hombres cómo se complace realmente a una mujer, algo que sea explícito y gráfico, algo que no han visto todavía y para lo que no están preparados porque, mucho de ellos, han estado toda la vida interpretando nuestra sexualidad a través de la pornografía. Gran error. La pornografía es lo que es, un consumo placentero que nos provoca una excitación pero podríamos profundizar en algo más, por lo menos en buscar una diversidad de opiniones.

Escuchando: Aerolíneas federales - Rollo porno

Leyendo: Lost Girls - Alan Moore